Monday, February 11, 2008

El Sargento Urraca

Es lamentable que el “tíguere” no haya entrado aún al Diccionario de la Academia, y que el “pariguayo” ya esté. Es la primera idea que nos produce la lectura de “El Sargento Urraca”, del escritor dominicano Carlos Batista. Novela de tan fuerte suspenso que nos hace sentir la emoción de que estamos sin chaleco anti-balas, en los peligrosos altercados que narra, corriendo el mismo riesgo que los policías, narcotraficantes, vecinos y transeúntes, en los tiroteos y persecuciones. Los ladrones, como siempre, son unos tígueres, y los policías no se quedan atrás.

Muy pocos pariguayos pueblan el mundo del sargento José Ramírez (alias Urraca). Aclaremos: tíguere es un dominicanismo que alude a alguien fecundo en ardides y maldades. Con poca inteligencia para los estudios y mucha para el engaño. El pariguayo, es todo lo contrario. Puede ser muy inteligente, pero con cierta ingenuidad que lo hace pasto del dolor. Novela de estilo directo, nada florido, sin los circunloquios de la novela intelectual o la que apela al sentimiento y los cuadros psicológicos conmovedores. Así es “El Sargento Urraca”. Los hechos y más que estos la dinámica activa, la carrera, los acechos, las sorpresas, los trucos de los que negocian con la droga, son los protagonistas que definen la trama. Es la narración viva que busca el lector que espera en la parada del bus, la estación de tren o en la terminal de un aeropuerto.

No es una novela para críticos de arte ni literatos ni estudios profundos que sirvan de paradigma escolar. Sin embargo, su autor, Carlos Batista, muestra que tiene madera de narrador, sabe manejar las situaciones con destreza, para mantenernos amarrados a su historia hasta la última palabra. Mezcla bien realidad con ficción, da vida a los personajes y hace verosímil lo que inventa. Por eso, “El Sargento Urraca” merece ser leído y ponderado, y muestra el talento de un escritor con futuro en las letras dominicanas.

carlitococle@gmail.com
Carlos BatistaWebmaster / Database Administrator